12 abril 2013

La urbanita vintage

Esbelta y también curvilínea, enreda todo lo que puede, lleva la travesura por castigo y también, una taza de café, recuerdo de Inglaterra, en la mano.

El pelo alborotado y la sonrisa es lo primero que se pone al levantarse. Es una auténtica chica urbanita montada a lomos de su moto recorriendo la ciudad de un lado a otro. La sensación que más le gusta, es la de sentir como el viento le golpea en la cara, esa carita de azúcar que al sol se vuelve caramelo.

Disfruta como ninguna, de todo lo que entrama un poco de aventura y de emoción. No necesita ir a la última, ni pasar la tarjeta de crédito con frecuencia pues no es especialmente caprichosa, tanto le importa la moda que puede combinar dos calcetines elegidos al azar o mejor aún, ir sin ellos, dándole a su estilismo un toque de naturalidad asombrosa.

Ella, que vive más despierta que dormida, nunca se imaginaría que puede ser la perfecta protagonista, porque su versatilidad hace que disfrute con cualquier plan que caiga en sus manos, sube montañas saltando de roca en roca, y si me apuras, también las salta cantando, coge su bici dirección donde el viento la lleve, corre, baila, grita, sale, sueña, porque todo le resulta apetecible, y lo hace, con la melena perfectamente descolocada y con grandes dosis de carcajadas.

Es la personificación de las ganas de vivir. Algún día te contaré quién eres.